La Cumbre Blume es el título de un artículo que publicó PuraSierra hace ya unos años. El contenido al que se refiere sigue estando completamente en vigor, aunque en este voy a hacer una ampliación del mismo, incluyendo algunos aspectos no tratados en aquel. Su texto va a ser complementado ampliamente y se van a añadir muchos enlaces, fotografías y otro material audiovisual.
Son dos cuestiones principales las que vamos a ver en este reportaje. La primera es de tipo humano e histórico y tiene que ver con un accidente de aviación que ocurrió hace ya casi sesenta años, así como con hechos relacionados que desde entonces acontecen en la zona en la que sucedió. La segunda, de índole geográfica, es relativa a los parajes próximos al lugar concreto del accidente, muy cercano al punto más elevado de la maravillosa Sierra De Valdemeca. Aunque muy relacionadas ambas, como veremos, por tratarse de dos temas diferentes y porque la extensión sería demasiado larga para un solo artículo, este se dividirá en dos partes.
Vamos entonces con los hechos, dejando para la segunda entrega el tema geográfico. La historia comienza en Barcelona. A las tres y cuarto de la tarde del 29 de abril de 1959, mientras su avión de la compañía Iberia con destino a Madrid despegaba del aeropuerto de El Prat, nada sabía Joaquín Blume Carreras de que, una hora y cincuenta minutos después, su trágica desaparición iba a escribir en el mapa para muchos españoles el nombre de Valdemeca.
Y es que el aparato, un bimotor Douglas DC-3 con registro EC-ABC, desviado de
su ruta original por una fuerte tormenta, fue a estrellarse contra la Sierra De
Valdemeca, a algo más de cien metros en línea recta de la cima de Collado Bajo
(o Pico Del Telégrafo). Unos cincuenta metros de altura impidieron que el avión pudiera
remontar por encima de los 1839,601 que mide este alto, marcado como vértice geodésico por el Instituto Geográfico Nacional.
El impacto se produjo en el término municipal de Huerta Del
Marquesado, en un punto casi equidistante en línea recta entre esta localidad y
Valdemeca. El acceso, aunque muy complicado en ambos casos, se realiza más
fácilmente desde esta última población. Por eso este fue sobre todo el nombre que muchos españoles
leyeron en las crónicas de los diarios de los días posteriores al accidente. La Agencia EFE conserva fotografías como esta:
El aeroplano siniestrado, como se cuenta en el artículo firmado por Carlos García Merino, publicado el 20 de enero de 2018 en la plataforma Ahora Córdoba y titulado El avión que desató el júbilo también acarreó la tragedia, había sido el mismo que se utilizó menos de un año antes en la inauguración del aeropuerto de esa ciudad andaluza.
Avión siniestrado (Agencia EFE) |
Collado Bajo es el nombre con el más se conoce a esta montaña. La mayor parte de los diarios de la época utilizaron el orónimo Pico Del Telégrafo para referirse a esta cumbre. Alguno hubo, no obstante, que lo denominó de forma completamente errónea. Aquí van algunos ejemplos de titulares de prensa del día siguiente a la catástrofe:
En el avión viajaban 25 pasajeros y 3 tripulantes (piloto, mecánico y radiotelegrafista). Todos
fallecieron aquella tarde de una de las primaveras más frías de todo el siglo
XX. Nevaba cuando llegaron las primeras personas al lugar del accidente, unos
obreros que estaban haciendo una repoblación. A intervalos continuó nevando
durante la tediosa operación de rescate de los cuerpos a lo largo de la noche y de todo el día siguiente. Las poblaciones de Huerta Del Marquesado y Valdemeca se
volcaron en la misma. Incluso de Cañete y otras localidades de la zona llegaron personas a echar una mano. Ni un solo animal de carga o tiro quedó en los pueblos.
Las crónicas describieron escenas dantescas dado que casi todas las víctimas del accidente aparecieron esparcidas en un área muy amplia y completamente boscosa.
Entre las biografías de los fallecidos sobresalía claramente
la del barcelonés Joaquín Blume Carreras, nada menos que el más querido deportista español
de la época y uno de los primeros de la historia en brillar en el escenario
internacional. Aún hoy muchos entendidos piensan que fue el mejor gimnasta
español de todos los tiempos. La siguiente reseña, redactada por Martín Planas y publicada
por el diario La Vanguardia dos días después de la catástrofe, atestigua su categoría:
Entre los pasajeros se encontraba la esposa del gimnasta, María José Bonet. Se ha dicho, aunque no se sabe con seguridad, que estaba embarazada. También figuraban otros miembros del equipo español de gimnasia como Raúl Pajares Romero, Pablo Müller Von Rathlef, José Aguilar Carranca y Olga Solé Hoerner. Al llegar a Madrid deberían haber continuado su viaje hacia Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz De Tenerife. En las Islas Canarias tenían que realizar unas exhibiciones.
Aunque no hubo supervivientes del fatídico final de aquel vuelo, sí que hubo algunas personas que, de alguna manera, "volvieron a nacer" ese invernal día de primavera. El más conocido, tanto que no necesita presentación, es el humorista gráfico Antonio Fraguas de Pablo, el genial Forges, tristemente fallecido el 22 de febrero de este 2018, con el que millones de personas hemos disfrutado durante muchísimos años a través de sus viñetas en libros y medios de comunicación. Aquel día llegó tarde al aeropuerto de El Prat, por motivos fortuitos, y vio como el avión despegaba con él en tierra. Su afición por las aeronaves a lo largo de su vida posterior no fue precisamente muy pasional (si podía evitarlos, no los tomaba), lo cual no le impidió en 1987 ilustrar el libro editado por Iberia con el que la compañía conmemoró su sesenta aniversario. Su título es 60 años volando alto (1927-1987). 60 años de anécdotas. Constituye una original obra en la que conviven sus viñetas con fotografías y explicaciones de viajes en avión acontecidos durante ese tiempo. Esta es la portada que el gran humorista realizó para el mismo:
Otro tanto de lo mismo le ocurrió al padre del reputado economista, conferenciante y escritor Fernando Trías de Bes. Cuando accedió al aeropuerto, con el horario vencido, ya no pudo embarcar en el avión. Curiosamente, Forges y esta persona jamás se conocieron.
El caso de Elías Barenys Perpiña es algo diferente. Era miembro del equipo de Joaquín Blume y en última instancia se decidió que no viajara ese día junto con el resto de los componentes del mismo. Se optó porque lo hiciera Raúl Pajares Romero. Obviamente, eso le salvó la vida. Se da la circunstancia de que la plaza, originalmente, iba a ser para otro deportista, Ángel Luna. En el artículo de Mauricio Bernal publicado el día 5 de agosto de 2011 en El Periódico y titulado Elías Barenys: «Me dice Blume: 'Barenys, tienes un pie en el avión'» se relata esta chocante historia.
María José Blume Bonet, otra de las personas que podrían haber estado en el avión, es la hija del insigne gimnasta y su citada esposa. Quedó huérfana solo cuatro meses después de nacer. Su edad fue precisamente la razón por la que no realizó aquel vuelo junto con sus padres. Es hija única, actualmente sigue residiendo en Barcelona y nunca, aunque ha sido invitada, ha querido ir a ver el monumento que se levantó en memoria de su padre y sus compañeros de viaje en el sitio en el que ocurrió la catástrofe. Sus razones son muy comprensibles.
El programa Islàndia de la RAC 1 (Ràdio Associació de Catalunya 1) emitió el 28 de febrero de 2018 un reportaje en el que Albert Om realiza entrevistas a Elías Barenys Perpiña, Fernando Trías de Bes, María José Blume Bonet y algún testigo de los acontecimientos de aquel 29 de abril ya tan lejano. Con tramos en catalán y alguno en castellano, es un documento muy interesante al que se puede acceder a través de la página titulada Forges no fue la única persona que perdió el avión donde murió Joaquín Blume.
En la prensa de aquellos días se escribió que los gobernadores civiles de Madrid y Salamanca, de viaje en Barcelona, trataron de tomar ese avión. Al llegar al aeropuerto se encontraron, sin embargo, con que el pasaje ya estaba completo. En la aeroestación (así se llamaba también en la época), mientras esperaban al siguiente vuelo, se enteraron de la trágica noticia.
En la página dedicada a la Marcha Blume del Ayuntamiento de Huerta del Marquesado se describe literalmente el interesante libro editado en 2015 por la propia institución, y titulado El último vuelo de Blume, como la intrahistoria del Vuelo 42 de Iberia a través de la minuciosa investigación y vivencias personales del autor, enamorado de Huerta y asiduo participante en la Marcha Blume. Es obra del escritor Juan Payà Pérez. Para los interesados en adquirirlo, en la propia página se indica cómo puede hacerse. Esta es su magnífica portada:
Los años pasaron, la naturaleza hizo su trabajo y la montaña recuperó su aspecto original. Solo algún pequeño resto de aluminio del fuselaje del avión puede hoy día ser encontrado en la zona. Sin embargo, la memoria colectiva no olvidó al ilustre deportista y a sus 27 compañeros de viaje. En el lugar del impacto se levantó en su memoria un monumento, culminado con una cruz, que recuerda lo que allí ocurrió hace hoy casi sesenta años. Es el que se presenta en la fotografía de cabecera de este artículo. Los nombres de todas las víctimas están grabados en sus losas de piedra. Este paraje se conoce desde entonces como Cruz De Blume o Cumbre Blume.
Aunque no hubo supervivientes del fatídico final de aquel vuelo, sí que hubo algunas personas que, de alguna manera, "volvieron a nacer" ese invernal día de primavera. El más conocido, tanto que no necesita presentación, es el humorista gráfico Antonio Fraguas de Pablo, el genial Forges, tristemente fallecido el 22 de febrero de este 2018, con el que millones de personas hemos disfrutado durante muchísimos años a través de sus viñetas en libros y medios de comunicación. Aquel día llegó tarde al aeropuerto de El Prat, por motivos fortuitos, y vio como el avión despegaba con él en tierra. Su afición por las aeronaves a lo largo de su vida posterior no fue precisamente muy pasional (si podía evitarlos, no los tomaba), lo cual no le impidió en 1987 ilustrar el libro editado por Iberia con el que la compañía conmemoró su sesenta aniversario. Su título es 60 años volando alto (1927-1987). 60 años de anécdotas. Constituye una original obra en la que conviven sus viñetas con fotografías y explicaciones de viajes en avión acontecidos durante ese tiempo. Esta es la portada que el gran humorista realizó para el mismo:
Otro tanto de lo mismo le ocurrió al padre del reputado economista, conferenciante y escritor Fernando Trías de Bes. Cuando accedió al aeropuerto, con el horario vencido, ya no pudo embarcar en el avión. Curiosamente, Forges y esta persona jamás se conocieron.
El caso de Elías Barenys Perpiña es algo diferente. Era miembro del equipo de Joaquín Blume y en última instancia se decidió que no viajara ese día junto con el resto de los componentes del mismo. Se optó porque lo hiciera Raúl Pajares Romero. Obviamente, eso le salvó la vida. Se da la circunstancia de que la plaza, originalmente, iba a ser para otro deportista, Ángel Luna. En el artículo de Mauricio Bernal publicado el día 5 de agosto de 2011 en El Periódico y titulado Elías Barenys: «Me dice Blume: 'Barenys, tienes un pie en el avión'» se relata esta chocante historia.
María José Blume Bonet, otra de las personas que podrían haber estado en el avión, es la hija del insigne gimnasta y su citada esposa. Quedó huérfana solo cuatro meses después de nacer. Su edad fue precisamente la razón por la que no realizó aquel vuelo junto con sus padres. Es hija única, actualmente sigue residiendo en Barcelona y nunca, aunque ha sido invitada, ha querido ir a ver el monumento que se levantó en memoria de su padre y sus compañeros de viaje en el sitio en el que ocurrió la catástrofe. Sus razones son muy comprensibles.
El programa Islàndia de la RAC 1 (Ràdio Associació de Catalunya 1) emitió el 28 de febrero de 2018 un reportaje en el que Albert Om realiza entrevistas a Elías Barenys Perpiña, Fernando Trías de Bes, María José Blume Bonet y algún testigo de los acontecimientos de aquel 29 de abril ya tan lejano. Con tramos en catalán y alguno en castellano, es un documento muy interesante al que se puede acceder a través de la página titulada Forges no fue la única persona que perdió el avión donde murió Joaquín Blume.
En la prensa de aquellos días se escribió que los gobernadores civiles de Madrid y Salamanca, de viaje en Barcelona, trataron de tomar ese avión. Al llegar al aeropuerto se encontraron, sin embargo, con que el pasaje ya estaba completo. En la aeroestación (así se llamaba también en la época), mientras esperaban al siguiente vuelo, se enteraron de la trágica noticia.
En la página dedicada a la Marcha Blume del Ayuntamiento de Huerta del Marquesado se describe literalmente el interesante libro editado en 2015 por la propia institución, y titulado El último vuelo de Blume, como la intrahistoria del Vuelo 42 de Iberia a través de la minuciosa investigación y vivencias personales del autor, enamorado de Huerta y asiduo participante en la Marcha Blume. Es obra del escritor Juan Payà Pérez. Para los interesados en adquirirlo, en la propia página se indica cómo puede hacerse. Esta es su magnífica portada:
Los años pasaron, la naturaleza hizo su trabajo y la montaña recuperó su aspecto original. Solo algún pequeño resto de aluminio del fuselaje del avión puede hoy día ser encontrado en la zona. Sin embargo, la memoria colectiva no olvidó al ilustre deportista y a sus 27 compañeros de viaje. En el lugar del impacto se levantó en su memoria un monumento, culminado con una cruz, que recuerda lo que allí ocurrió hace hoy casi sesenta años. Es el que se presenta en la fotografía de cabecera de este artículo. Los nombres de todas las víctimas están grabados en sus losas de piedra. Este paraje se conoce desde entonces como Cruz De Blume o Cumbre Blume.
Cruz De Blume (Cumbre Blume). Vista anterior |
Cruz De Blume (Cumbre Blume). Vista posterior |
Lentamente los años siguieron pasando y la memoria colectiva
empezó a olvidar, hasta tal punto que, más allá de Huerta Del Marquesado y
Valdemeca, era difícil encontrar personas que recordaran el asunto, conocieran
esta historia o supieran dónde está el monumento descrito.
Esta situación comenzó a cambiar en abril de 2006, cuando el Ayuntamiento de Huerta Del Marquesado organizó la conocida como Primera Marcha Blume. Desde
aquel año, sin excepción, cada último sábado de abril se realiza dicha
caminata, consistente en que los asistentes, utilizando los senderos de toda la
vida, caminan desde el pueblo hasta la cima de Collado Bajo, efectuando una
ofrenda floral en la Cruz De Blume. El 29 de abril de 2017, en un día lluvioso, se realizó la XII Marcha Blume, en la cual participaron, a pesar de ello, 340 personas (el último padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística arroja un
resultado de 200 vecinos en esta población). Todo está ya preparado para que la XIII Marcha Blume, a celebrar el próximo 28 de abril de 2018, sea también un éxito. He aquí las dos páginas del folleto oficial de presentación de la misma:
Año a año la Marcha Blume ha ido superando sus expectativas, de tal forma que en las últimas realizadas existen diferentes actos a su
alrededor, tales como comidas, cenas, pasacalles, mercados, actuaciones
musicales, exposiciones, etc. Para Huerta Del Marquesado y sus alrededores es ya un auténtico
acontecimiento de primer orden y constituye una jornada de convivencia y
armonía para todos los asistentes. En el enlace ya indicado de la XIII Marcha Blume puede encontrarse documentación audiovisual y de otro tipo relacionada con esta impresionante caminata y de los actos que todo el fin de semana hay a su alrededor.
En Huerta del Marquesado, lo mismo que en Valdemeca y en Cañete, ningún visitante debería dejar de ver las maravillosas obras que, como parte de su proyecto al aire libre El paisaje ilustrado, expone permanentemente el genial artista valdemequero Luis Zafrilla. Son figuras muy realistas, hechas en acero, en dos dimensiones, que representan motivos tradicionales serranos o hechos correspondientes a la cultura y la historia de estos pueblos. Dos de ellas, situadas en esta bella localidad, atañen al tema que nos ocupa. Una representa a la Marcha Blume y la otra, sencillamente fantástica y de la cual puede verse una fotografía a continuación, muestra el DC-3 de nuestra historia estrellándose en el bosque (excepcionalmente con el avión representado en tres dimensiones).
No voy a entrar demasiado en este artículo en lo que es el espléndido recorrido de la Marcha Blume o de los otros muchos que pueden realizarse en ese maravilloso y amplio rincón serrano que es la Sierra De Valdemeca. Existe mucha documentación en Internet sobre el mismo (más abajo proporcionaré alguna de mucho interés) y también una buena señalización sobre el terreno. La caminata parte de Huerta Del Marquesado y sube, en primer lugar, a la Cruz De Blume, para después llegar a Collado Bajo (ambos sitios distan entre sí poco más de 100 metros en línea recta), siempre a través de caminos ancestrales. Supone unos 16 kilómetros de andadura, entre ida y vuelta, y salva un desnivel de unos 600 metros. La última parte es la más dura porque las rampas en lo más alto son muy inclinadas. No obstante, no tiene ningún tipo de dificultad especial si se hace por las sendas señaladas y con condiciones meteorológicas propicias.
Quien acuda cualquier último sábado de abril solo tiene que unirse a los senderistas que por la mañana parten de Huerta Del Marquesado. No obstante, hay muchos caminos para alcanzar los objetivos marcados. Tengamos en cuenta que son cinco las poblaciones que rodean este macizo montañoso por todos los puntos cardinales y siempre han existido vías de comunicación, originalmente caminos de herradura, entre ellos. Curiosamente, el más cercano no es ninguno de los dos citados hasta ahora. Veamos cuales son estas localidades, todas de la provincia de Cuenca, su distancia en línea recta a Collado Bajo y su dirección aproximada con respecto a ese punto:
Entre todos esos posibles caminos de subida, tal vez el más interesante sea el que arranca desde la Fuente De La Ardilla, situada en el término municipal de Valdemeca. Dotada de un Área Recreativa, a la misma se accede fácilmente en automóvil tanto desde esta población como desde Huerta Del Marquesado. Vamos a ver una fotografía en la que sus dos chorros forman un semicírculo muy especial, haciendo lo que en mi pueblo, y en casi todos, es conocido como "mear fuera del tiesto". Es todo un placer verla así, aunque no suponga la mayor comodidad para usarla.
Allí comienza una preciosa ascensión que nos lleva, en primera instancia al Majadal De La Erilla, lugar en el que se observan unas estupendas vistas serranas hacia el norte y el este, y al que también llega la el camino pedestre que parte desde Huerta Del Marquesado. Muy cerca tenemos la Fuente De Los Alimentos, de original y bello nombre, en la que reponer líquido elemento para emprender la dura cuesta que queda hasta la Cruz De Blume. La última etapa, desde allí a la cumbre de Collado Bajo ya es, por la escasa distancia que separa ambos parajes, coser y cantar. Con toda la tranquilidad del mundo puede hacerse esta ruta, ida y vuelta, en cinco horas (y en bastante menos tiempo, incluso viendo todo perfectamente). Ahí van algunas fotografías de la misma, tomadas en diferentes estaciones:
En Huerta del Marquesado, lo mismo que en Valdemeca y en Cañete, ningún visitante debería dejar de ver las maravillosas obras que, como parte de su proyecto al aire libre El paisaje ilustrado, expone permanentemente el genial artista valdemequero Luis Zafrilla. Son figuras muy realistas, hechas en acero, en dos dimensiones, que representan motivos tradicionales serranos o hechos correspondientes a la cultura y la historia de estos pueblos. Dos de ellas, situadas en esta bella localidad, atañen al tema que nos ocupa. Una representa a la Marcha Blume y la otra, sencillamente fantástica y de la cual puede verse una fotografía a continuación, muestra el DC-3 de nuestra historia estrellándose en el bosque (excepcionalmente con el avión representado en tres dimensiones).
Obra de Luis Zafrilla en Huerta Del Marquesado |
Quien acuda cualquier último sábado de abril solo tiene que unirse a los senderistas que por la mañana parten de Huerta Del Marquesado. No obstante, hay muchos caminos para alcanzar los objetivos marcados. Tengamos en cuenta que son cinco las poblaciones que rodean este macizo montañoso por todos los puntos cardinales y siempre han existido vías de comunicación, originalmente caminos de herradura, entre ellos. Curiosamente, el más cercano no es ninguno de los dos citados hasta ahora. Veamos cuales son estas localidades, todas de la provincia de Cuenca, su distancia en línea recta a Collado Bajo y su dirección aproximada con respecto a ese punto:
- Beamud: 6,2 kilómetros (dirección Oeste-Noroeste)
- Valdemeca: 6,3 kilómetros (dirección Norte-Noroeste)
- Huerta Del Marquesado: 6,7 kilómetros (dirección Este-Sureste)
- Valdemoro De La Sierra: 7,4 kilómetros (dirección Sur)
- Laguna Del Marquesado: 7,7 kilómetros (dirección Este)
Entre todos esos posibles caminos de subida, tal vez el más interesante sea el que arranca desde la Fuente De La Ardilla, situada en el término municipal de Valdemeca. Dotada de un Área Recreativa, a la misma se accede fácilmente en automóvil tanto desde esta población como desde Huerta Del Marquesado. Vamos a ver una fotografía en la que sus dos chorros forman un semicírculo muy especial, haciendo lo que en mi pueblo, y en casi todos, es conocido como "mear fuera del tiesto". Es todo un placer verla así, aunque no suponga la mayor comodidad para usarla.
La Fuente De La Ardilla en un momento pluviométricamente álgido |
Vista de la Sierra De Valdemeca desde cerca del Majadal De La Erilla (en otoño) |
La Fuente De Los Alimentos en un momento pluviométrico bajo |
Inclinación de la ladera llegando a la cumbre de Collado Bajo |
Cumbre de Collado Bajo |
Vértice geodésico de Collado Bajo |
Cumbres de la Sierra De Valdemeca vistas desde Collado Bajo |
Vista serrana desde Collado Bajo con Valdemeca en el centro |
- Magia Serrana tiene una entrada titulada Subida al Collado Bajo (o Monte Blume)
- Senderismo entre orza y gamones tiene una entrada titulada Subida al Collado bajo desde Beamud
- Los Cuadernos de un Geógrafo tiene una entrada titulada Collado Bajo, en la Sierra de Valdemeca
Aún falta un tipo de público que podría quedar más satisfecho todavía con una visita a estas maravillosas tierras. Me refiero a los seteros. Vamos a volver por un momento a la Fuente De La Ardilla. La Sierra De Valdemeca es uno de los paraísos micológicos de la zona PuraSierra y, tomando este lugar como punto de partida, un estupendo itinerario micológico, perfectamente señalizado, muestra a los paseantes que lo sigan, si la climatología es la adecuada, un amplio abanico de especies de setas. Y si no lo es, el trayecto, de unos cuatro kilómetros de longitud (uno más si se realiza una extensión a la Fuente De Los Asadores), tiene alicientes para que lo disfrute cualquier persona a la que le guste mínimamente estar al aire libre. Es obvio que los ejemplares que se contemplen, que en circunstancias normales serán bastantes, no están allí para ser llevados a una cesta sino para ser observados. La recolección, fuera de esa ruta, está permitida siempre que se cumpla con una serie de lógicas reglas establecidas. De realizarse dentro del término municipal de Valdemeca se precisa, además, un permiso específico. Se adquiere en el Ayuntamiento, en los bares o en la tienda de la localidad.
En cualquier época pueden verse setas a lo largo de este itinerario. No obstante, en un año micológico normal, cuando más pueden observarse es entre abril y junio y, sobre todo, entre septiembre y noviembre. Octubre y este último son los meses en los que más especies suelen aparecer.
El área elegida es casi perfecta para poder observar muchísimos tipos de setas. El terreno por el que discurre la parte del camino más cercano a la fuente es de naturaleza caliza mientras que el resto de la senda lo hace sobre sustrato silíceo. Tal y como vimos en los artículos de PuraSierra titulados ¿Dónde están las setas serranas otoñales? Pequeña guía para elegir sus zonas de búsqueda y ¿Dónde están las setas serranas primaverales? Pequeña guía para elegir sus zonas de búsqueda, esto es determinante para conocer qué especies podemos esperar y cuáles no en cada sitio. La diversidad de ambientes diferentes por los que pasearemos en esos pocos kilómetros es impresionante. Sortearemos bosques de pino negral, bosques de pino albar, bosques de pino rodeno, robledales, praderas de alta montaña y vegetación de ribera. Veremos espinos, zarzales, jarales, sargas, cardos corredores, estepares, tomillo, morquera, mejorana, cantueso, espliego y otros tipos de vegetación propia de sotobosque. En definitiva, recorreremos todo un compendio de hábitats micológicos en los que podríamos observar níscalos, boletos de muchos tipos (incluyendo los más buscados), setas de cardo y casi todas las especies citadas en los artículos de PuraSierra titulados Treinta setas serranas que hay que conocer y Dieciséis setas serranas de primavera.
El folleto Senderos en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca incluye información sobre el que nos ocupa. No obstante, la más completa está en el excelente libro Guía de setas de Valdemeca, editado en 2009 por el Ayuntamiento de Valdemeca, cuyos autores son José Fajardo, Alonso Verde, Domingo Blanco, César A. Rodríguez y Francisco Cebrián. Muy difícil de encontrar en papel, puede localizarse en la red digitalizado por uno de sus autores.
Panel informativo en la Fuente De La Ardilla (en día lluvioso) |
Collado Bajo es el nombre con el que se conoce a esta montaña, culminación de la maravillosa Sierra de Valdemeca y tercera cumbre más elevada de la provincia de Cuenca. No deja de ser muy curioso dado que ni es “Collado”, al menos en el sentido tradicional del término, ni es, obviamente, “Bajo”.
Partiendo de este hecho veremos en el mismo una serie de singularidades geográficas de algunos topónimos serranos utilizados en esta zona. Mientras tanto, me despido con una fotografía que demuestra que la Sierra De Valdemeca está actualmente justo debajo de uno de los corredores aéreos españoles.
Avión sobrevolando la parte más alta de la Sierra De Valdemeca en 2018 |
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Muy interesante lo de Blume
ResponderEliminarSaludos desde Cuatro Caminos
Muchas gracias Antonio. Aquí seguimos...
EliminarMuchas gracias por citarme en vuestra página. Fue un descubrimiento que hice semanas antes de meterle mano al artículo. Gracias de nuevo, me ha hecho mucha ilusión.
ResponderEliminarDe nada. Gracias a ti por ese artículo tan documentado y que complementa perfectamente lo que cuento en este. Saludos cordiales,
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