Páginas

Chequilla, una escondida joya serrana que hay que conocer


Siempre vuelvo a Chequilla. Pasear por sus calles o sus alrededores genera una agradable sensación, mezcla de tranquilidad y armonía, que produce que, a menudo, quién lo ha realizado no solamente no le importe volver, sino que quiera hacerlo. Así lo he constatado en numerosas ocasiones. Personas que no conocen inicialmente nuestras Sierras y hacen algún recorrido por las mismas pueden olvidar algunos sitios, pero siempre recuerdan Chequilla si esta población estuvo en su ruta.

Varios son los factores que provocan que este maravilloso lugar guste a propios y a extraños. El primero, sin duda, es la belleza de su entorno. En este artículo me centraré mucho en el impresionante modelado geológico responsable de tantísimo encanto como el que allí puede sentirse a flor de piel. Es una belleza, además, cercana y accesible, de un tipo difícil de encontrar. No sobrecoge ni empequeñece al observador. Simplemente configura un lugar en el que lo cotidiano parece mágico y en el que la alegría fluye con facilidad.