Bronchales es agua. Es lo primero que se me viene a la cabeza cuando pienso es este increíble rincón serrano, y no solo por los botellones de veinte litros de los que se abastece mi hogar, en el cual ni se bebe ni se usa para guisar otra diferente. Es porque es difícil encontrar otro sitio, aún en su entorno geográfico, con tal cantidad de fuentes, manantiales, nacederos, encaños o, en general, cualquier elemento natural o artificial destinado a que ese precioso líquido satisfaga las necesidades humanas. Posiblemente habría que añadir, además, un calificativo de pureza a la frase inicial, puesto que en Bronchales el agua no es de cualquier tipo. La sabiduría serrana, transmitida de generación a generación, y hoy desafortunadamente en horas bajas, nos dice que las aguas, al igual que los vinos, tienen sus cualidades. Y las que hay en Bronchales, además de ser más que saludables, satisfacen los paladares más exigentes.
Bronchales es mucho más. Es verde, es bosque, es montaña, es altura
y es otras cosas, todas buenas. Pero ante todo, es agua. Y el agua es vida. La
conclusión es fácil. Bronchales es
vida. Y, como dice un buen amigo, el día que falte agua para beber en Bronchales, España entera habrá muerto de sed.
Otro calificativo que puede
aplicarse a Bronchales es el de
curioso. Vamos a ver un par de hechos geográficos que así lo demuestran. El
primero es que las numerosas aguas que brotan en su término municipal vierten a
dos mares diferentes. Las hay que van al Mediterráneo
y las hay que van al Océano Atlántico.
Es realmente extraordinario e indicativo, por sí solo, de que hablamos de un
lugar excepcional. Pocos más hay en todo nuestro país que cumplan estas
condiciones.
Sin entrar en muchas precisiones,
podemos decir que los ríos principales que reciben las aguas bronchalenses son
el Guadalaviar (por el sur), con
destino final en el Mar Mediterráneo,
y el Gallo (por el norte), afluente
del Tajo, el cual alcanza el Océano Atlántico en Lisboa.
El segundo hecho, a partir del
cual se orientará el resto del artículo, completa algo que deliberadamente no
he comentado en el párrafo anterior. En realidad hay otra vía de escape de
determinadas aguas bronchalenses. Allí arriba, en ese rincón de fábula conocido
por todos como El Puerto, se
encuentra la emblemática Fuente Del
Canto, una de las más queridas y visitadas por propios y extraños. Y esa
fuente es el origen del Río Del Puerto,
extraordinario curso de agua serrano así conocido por los habitantes de las
poblaciones más próximas.
El Río Del Puerto nace en el término municipal de Bronchales, cruza sucesivamente los de Albarracín, Orea y Checa (haciendo de frontera entre estos
dos últimos durante un trecho) para, en su último tramo, separar los de Checa y Peralejos De Las Truchas. Finalmente, tras treinta y dos kilómetros
de recorrido, desemboca en la orilla derecha del Tajo frente a tierras de Beteta.
Con tan poca longitud riega dos provincias (Teruel y Guadalajara),
desemboca frente a una tercera (Cuenca)
y además baña las comunidades autónomas de Aragón
y Castilla-La Mancha.
Fuente Del Canto, nacimiento del Río Del Puerto |
Se acaban los calificativos al
hablar de este río y sus curiosidades. Antes de recorrerlo virtualmente, veamos
algunas de ellas:
- Para ser un río tan corto, tiene muchos nombres. En su origen es el Río Del Puerto pero después se conoce (y así puede verse escrito en distintos documentos) como Río De La Hoz Seca, Hoceseca, Oceseca e incluso alguna forma más. El nombre que tiene en origen emana del fantástico lugar en el que nace y el resto hacen alusión a la profunda hoz, casi siempre seca, que forma en su curso medio.
- Es difícil encontrar en alguna parte un río con mayor pureza de aguas. Las colas que fácilmente se forman en la Fuente Del Canto para llenar recipientes con agua no se originan por casualidad. Su fama es justamente merecida cómo bien conocen todos los bronchalenses y muchísimos serranos. Pero es que el resto de manantiales de la zona son de una calidad similar y lo mismo ocurre a lo largo de todo su recorrido.
Las localidades más próximas son Bronchales, Orea, Checa, Orihuela Del Tremedal, Peralejos De Las Truchas, Griegos y Chequilla. Ni una sola de ellas realiza vertidos en sus aguas. - Es un río inhóspito y completamente salvaje. Aparte de que ningún punto de sus orillas dista menos de cinco kilómetros de algún lugar habitado, está alejado, salvo algunos lugares de su tramo superior, de sitios en los que se realicen actividades humanas.
Su entorno geográfico lo hace muy poco accesible en casi todo su recorrido. Se puede afirmar que, sin ningún género de dudas, si los Montes Universales son la zona más despoblada de España, el entorno de este río es el más deshabitado de los Montes Universales. La soledad más absoluta acompañará a cualquier caminante, casi con independencia de la época del año, a lo largo de casi todo su trayecto. - El terreno por el que discurre (incluyendo hoces, cañones, prados de montaña, barrancos por los que llegan sus afluentes y, en general, toda su ribera) es un santuario natural digno de la mayor de las protecciones. Hasta el momento se mantiene en buenas condiciones pero hay que conseguir que siga así para siempre.
- Aparece y desaparece como por arte de magia. En su lugar de origen, El Puerto, y hasta bien entrado en el término municipal de Orea, el agua fluye permanentemente. A partir de ahí, y dependiendo de la estación del año y del nivel de precipitaciones de cada momento, hay tramos más o menos húmedos y otros completamente secos. Su tendencia es claramente, y de ahí sus otros nombres, la de estar seco en lo más profundo de la hoz que empieza a esculpir tras la desaparición inicial de su caudal en la tierra. A partir del paraje denominado Los Nacederos (ya en territorio checano) revive completamente y se convierte un río que desde ahí hasta su final se refuerza con continuos aportes de otros manantiales.
He dejado para el final la que posiblemente es la más interesante curiosidad de este impresionante río, la cual se deriva de lo explicado en el párrafo anterior. Se trata de que todos esos aportes de agua consiguen que nuestro Río Del Puerto, cuando entrega sus aguas al Tajo, está muy crecido y le supera claramente en caudal. Tanto es así que este es un gran río solo a partir de ese punto, y de ahí el dicho popular serrano dice que
El
Tajo lleva la fama y el Oceseca el agua
Y es que desde algún punto de
vista geográfico podría entenderse que el Río
Tajo, el más largo de la Península
Ibérica, tiene su origen en la Fuente Del Canto. Si así fuera, no superaría los mil kilómetros (desde su
nacimiento oficial tiene algunos más). Otra curiosidad añadida, en este caso
completamente casual.
Una vez expuestas algunas de las
peculiaridades de nuestro río, vamos a recorrerlo a vista de pájaro. Para ello
vamos a ver tres fotografías aéreas las cuales han sido algo distorsionadas
proporcionándoles un cierto efecto de relieve que las hace más comprensibles.
Cada fotografía indica un paraje que la enlaza con la siguiente, de forma que
es fácil superponerlas y así hacer el seguimiento completo del río. Puesto que
el mismo (marcado como una línea azul) ha sido descompuesto en tres partes y la
geografía nos indica que un río tiene un curso
alto, un curso medio y un curso bajo, vamos a aprovechar esa
distinción para nombrar respectivamente a cada una de las imágenes.
A continuación podemos ver la
primera de ellas, correspondiente al curso
alto citado. En la misma vemos que el río discurre desde su nacimiento
hasta la primera referencia intermedia (o comienzo de su curso medio) marcada por el Cerro
Pajarejo.
El Río Del Puerto a vista de pájaro (curso alto) |
Observamos la Fuente Del Canto, lugar de nacimiento
del río. Está ubicada a la espalda (visto desde Bronchales) de la Peña De La
Huerta. Bronchales se sitúa
fuera de la fotografía en lo que sería la prolongación de una línea recta imaginaria
que uniera El Puerto y la citada
elevación.
Es notorio que el curso alto del Río Del Puerto corresponde a la parte más tranquila del recorrido. Esta es otra curiosidad puesto que lo normal en cualquier río convencional es
que este primer tramo sea el más abrupto. En este caso estamos ante un río a ratos
saltarín, salvando escasas inclinaciones con pequeñas cascadas, y a ratos muy
remansado. Así discurren los siete kilómetros y medio desde que nace hasta
pasado el Cerro Pajarejo. Desde la Fuente Del Canto hasta esta montaña se descienden
únicamente unos cien metros de altura.
El Puerto y sus aledaños son fiel reflejo del terreno que marca
este trayecto. Humedales, incluyendo tremedales (nombre que aquí reciben las turberas), dehesas, praderías de alta
montaña y bosques de pinos silvestres
salpican sus orillas. Geológicamente estamos ante suelos oscuros y rocas cuarcíticas de naturaleza silícea.
Sobre la fotografía se ha marcado
el Caimodorro, cumbre más alta de
los Montes Universales. Debajo de su
falda sur transita nuestro río, después de dejar a la derecha la Peña El Tormo. Un poco más adelante de esta hay un pequeño embalse que retiene sus aguas. El desnivel es mínimo pero
la alta humedad atmosférica y el nivel freático casi a ras de suelo consiguen
una amplia superficie inundada, auténtico paraíso para la observación de fauna
y flora acuática.
Embalse en el curso superior del Río Del Puerto (vista 1) |
Embalse en el curso superior del Río Del Puerto (vista 2) |
Veamos ahora la segunda imagen,
correspondiente al curso medio del río. En la parte superior derecha de la
misma observamos el Cerro Pajarejo,
punto de enlace con la fotografía anterior.
El Río Del Puerto a vista de pájaro (curso medio) |
Podemos ver claramente un cambio
en el terreno, aunque en la parte inicial del tramo mostrado el río continúa en
la misma tónica anterior. Muy cerca de la marcada Fuente De La Jícara se encuentra su parte más humanizada. En sus
inmediaciones está el Camping Orea y
existen un par de albergues, todas instalaciones explotadas de forma
estacional.
Más allá el panorama cambia de
forma sustancial, tanto geológicamente como a nivel paisajístico. El río, poco
a poco, va excavando una hoz, más marcada cuanto más hacia el oeste avanza (obsérvese
la orientación de la imagen en su esquina inferior izquierda). El punto en el
que se le une el cauce de la Rambla De Las Sarguillas, su principal afluente, nos servirá como referencia de unión
con la última fotografía que se mostrará más adelante.
Curso medio del Río Del Puerto |
Justo cuando los desniveles
empiezan a ser más importantes y la hoz comienza a conformarse se produce una
importante transformación en la naturaleza del suelo del entorno del río. Este
pasa a ser de tipo calcáreo, el más
habitual en los Montes Universales.
Más o menos es también ahí el punto en el que su cauce queda seco al engullir
la tierra casi todo el líquido elemento a través de un sumidero y filtrarse el resto en la misma.
Hoz Seca |
La Rambla De Las Sarguillas, con su cauce también habitualmente seco,
excava un profundo cañón que, en su parte más estrecha, el Estrecho De Carangosto, tiene poco más de dos metros de anchura. Su
recorrido puede verse completo en la imagen. Cuando desemboca en nuestro río, este ya ha labrado el suyo.
Estrecho De Carangosto (Rambla De Las Sarguillas) |
Confluencia del Río Del Puerto con la Rambla De Las Sarguillas |
Este tramo de río mide unos catorce kilómetros, situándose su desnivel el algo más de doscientos metros.
Se muestra a continuación la
tercera de las fotografías aéreas mencionadas. Corresponde al curso bajo del río, desde la
desembocadura de la Rambla De Las
Sarguillas hasta Las Juntas,
paraje con el que se denomina al punto en el que se une al Río Tajo.
La parte más abrupta del cañón
que forma el río está en la parte superior de este tramo, justo después de
recibir el aporte de la Rambla De Las
Sarguillas. A partir de ahí una serie encadenada de bastantes meandros,
algunos espectacularmente cerrados, forman lo que propiamente puede llamarse la
Hoz Seca. La circulación subterránea
del agua, mucho más abundante que la que hay en superficie, se ha encargado de
esculpir muchas cuevas y simas. Es preciso destacar la Cueva Del Tornero (puede verse indicada en la orilla derecha del
río), maravilla natural que disfrutan geólogos, espeleólogos y algunos
atrevidos caminantes, con más de once kilómetros conocidos de galerías y
derivaciones todavía pendientes de explorar.
Aproximadamente desde la altura
de esta cueva, situada unas decenas de metros por encima del cauce del río,
comienza a brotar agua en distintos manantiales. Son de carácter estacional y
con caudales muy dependientes de las estaciones del año y de la pluviosidad
acumulada en cada momento. Por ello en lo más profundo de la hoz podemos o no
encontrar circulación de agua. Lo más fácil es hallarnos ante un cauce
pedregoso y seco, eso sí, con signos normalmente claros de existencia previa de
algún caudal.
Muy avanzada la hoz, en un lugar
que en la imagen se ha marcado como Los
Nacederos, el río vuelve a sorprendernos y, como el ave Fénix, renace
prácticamente de la nada y, de repente, se convierte en una impresionante masa
de agua superficial en movimiento, mucho más abundante que la que previamente
ha tenido en cualquiera de sus tramos. Estos manantiales son permanentes y
desde este punto hasta su desembocadura estamos ante un río que, con nuevos
aportes, siempre ubicados en sus orillas, llega a ser, como se ha comentado anteriormente,
más caudaloso que su cauce de destino, el Río
Tajo.
Los Nacederos (Río Del Puerto) |
Se cuentan varios manantiales en Los Nacederos. Dos son los más
importantes, uno en cada orilla, pero simplemente con pasear un poco por los
alrededores puede observarse claramente que, en realidad, y a lo largo de
varias decenas de metros, brota agua prácticamente en cualquier sitio, unas
veces en las orillas y otras desde dentro del propio cauce.
A partir de ahí el río ya no es
tan fácil de seguir a pie. Todavía quedan zonas muy encañonadas pero ahora
siempre hay agua y, a menudo, mucha agua. De hecho, hay puntos en los que hay
que mojarse o buscar pasos muy lejanos para evitarlo.
Hasta ahora, más o menos
explícitamente, hemos hablado de este río, sus aguas y su entorno natural como
un auténtico paraíso caminantes, exploradores, ornitólogos, geólogos,
espeleólogos y, en general, amantes de la naturaleza. Desde Los Nacederos, hay que añadir otro
grupo de personas. Se trata de los pescadores.
Desde mediados del siglo pasado Peralejos De las Truchas, lugar
civilizado más próximo a estos lares y hoy día centro neurálgico del Alto Tajo, se convirtió en un sitio
mítico para los pescadores españoles, particularmente los trucheros. Podrá discutirse
sobre si hay más o menos perales en sus alrededores pero nadie dudó nunca
acerca de lo acertado del segundo sustantivo de su nombre. Y las truchas no
solo estaban en el Tajo, dónde había
muchas y muy destacables. Las del Río Del Puerto, aquí más bien Oceseca,
eran presas más complicadas de obtener (por el acceso y por las características
de su ribera), también muy importantes en tamaño y, por lo tanto, muy
cotizadas. Hoy día la pesca, según los pescadores, ya no es lo que era en
ningún sitio. Sin embargo, aquí todavía es posible obtener, de cuando en
cuando, algún ejemplar extraordinario, aunque ahora la ley impide su muerte.
Más abajo, en la orilla derecha
del río, a un corto paseo de un vado a partir del cual también encuentran el
paraíso (aunque a menudo es más bien el infierno) los amantes del 4x4 (la única
forma de cruzar el río es vadearlo, para luego enfrentarse a la terrorífica Cuesta Del Acebar, con un 30% de
desnivel y llena de piedras muy desprendidas), se encuentra la que
históricamente se llamó La Herrería,
edificio hoy en ruinas que dominaba una hacienda dedicada, ante todo, a la
transformación en hierro de mineral ferruginoso. Allí vivieron muchas familias
y allí tenían prácticamente todo lo necesario para su subsistencia. El paraje parece
sacado de un cuento y, con toda seguridad, algún encantamiento positivo hay por
allí.
Antes de llegar a Las Juntas, destino final de nuestro
viaje virtual, aún debemos destacar otro “accidente”, en este caso
completamente humano y en la orilla izquierda. Se trata de una explotación
hidroeléctrica, hoy día desasistida, que tiene un pequeño embalse, denominado Presa De Navarejos, y un canal de
derivación de agua (marcado sobre la fotografía con una línea verde). La Central Hidroeléctrica De Navarejos los
utiliza para la generación de energía eléctrica.
En Las Juntas, paraje situado en la parte inferior de la imagen, tiene
por fin el encuentro entre el Río Del
Puerto y el Tajo. Este fluye de
izquierda a derecha y se ha remarcado con una ancha línea azul, más gruesa que
la que representa a nuestro río.
A continuación se muestra una
fotografía aérea del área de Las Juntas,
situada casi cuatrocientos metros en vertical más abajo La Campana, montaña que domina la zona y a la que puede accederse
por la ya citada Cuesta Del Acebar.
Las Juntas (desembocadura del Río Del Puerto en el Río Tajo) |
Puede observarse claramente en la
misma como el Río Tajo, que viene en
diagonal y fluyendo hacia la parte superior, tiene menos caudal que el Río Del Puerto, que aparece en la parte
central derecha. El Tajo, una vez
superada la desembocadura, mantiene incluso la coloración del que comienza su
andadura en la Fuente Del Canto.
La Campana, vigía de la desembocadura del Río Del Puerto en el Tajo |
Al Río Del Puerto se le contabilizan más de setenta afluentes, entre
los directos y los que terminan en cualquiera de sus tributarios. Su recorrido
completo salva un desnivel de unos cuatrocientos cincuenta metros y son
incontables los manantiales que brotan en sus orillas o dentro de su propio
cauce. El Río Tajo hereda su
carácter indómito, el cual no abandonará, cañón tras cañón, hoz tras hoz,
hundido tras hundido y barranco tras barranco, hasta que, muchos kilómetros
adelante, abandone los grandes mares castellanos que estas aguas contribuyen a
mantener.
Desembocadura en Las Juntas (a la izquierda el Río Tajo y a la derecha el Río Del Puerto) |
El origen de este magnífico río,
puro y serrano como pocos, primer afluente importante del colosal río ibérico,
el cual se hace grande precisamente desde que recibe sus aguas, constituye la
principal y no demasiado conocida aportación bronchalense al Alto Tajo. Aunque administrativamente Bronchales no pertenece a esta zona, no
cabe duda de que geográficamente sus altas tierras y sus magníficos manantiales
contribuyen a su admirada grandiosidad.
Travertino en el Río Del Puerto |
Este artículo, con el título El Río del Puerto, magnífica aportación bronchalense al Tajo, ha sido publicado en la magnífica revista conmemorativa del décimo aniversario de la Asociación Cultural El Borrocal de Bronchales. ¡Enhorabuena, feliz cumpleaños y ánimo para culminar futuros exitosos proyectos!
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Os compartimos más imágenes de esta ruta que los equipos de Ibérica 2000 recopilaron en uno de los descensos hasta Peralejos de las Truchas. Las tenéis en el Youtube:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=dk3wROuNITU
Un abrazo a todos los que amamos y trabajamos en y por estos lugares.
Silvia Pons Oliver desde Suiza. Ibérica 2000 & WCFN.
* OTROS VÍDEOS en el Sistema Central Ibérico.
https://www.youtube.com/results?search_query=iberica2000
Felicidades por esta nueva publicación.
ResponderEliminarConozco bien todo el curso del Hoz Seca y la descripción es muy buena y precisa, si bien, me voy a permitir aportar algún matiz y/o sugerencia.
En Checa a los "nacederos" los identificamos en el meando que hay justo antes de llegar a la Cueva del Tornero, donde en los momentos en los que el sistema se encuentra "cargado", afloran borbotones de agua impresionantes. Al lado de los mismos, también se encuentra la conocida como "Cueva del Agua", que no es más que una galería lateral de la Cueva del Tornero por donde también afloran las aguas en los periodos húmedos.
Por otro lado, un elemento muy característico es el conocido como "MOlatón", que es un prominente meandro que hay entre las juntas del Hoz Seca-Rambla de la Sarguilla, y la Cueva del Tornero. Para apreciar su belleza y majestuosidad hay que subirse a la ladera, pues desde el cauce es inapreciable (yo recomiendo verlo desde ambos lados).
En general decir, el cañón del Hoz Seca y su encuentro con el río Tajo, es territorio espectacular, casi tanto como a la vez desconocido. Para mí es un paraíso que no me canso de ver y recorrer. Y la Rambla de la Sarguilla es mi debilidad.
Un saludo, y mucho ánimo para continuar con esta labor divulgativa.
Muchas gracias por tu comentario y por complementar tan adecuadamente al artículo.
EliminarLos nacederos a los que te refieres los conozco como "Ojos De Hoz Seca". Efectivamente, en épocas adecuadas, tras muchas lluvias, de allí mana agua más que abundante. Es una suerte verlos en todo su esplendor, pero no tengo ninguna foto adecuada y por eso no lo he comentado en el artículo. A partir de los nacederos a los que me refiero, situados algunos meandros más abajo, el río ya lleva siempre agua.
Hay muchos parajes de los que no hablo, por una cuestión de espacio, en el artículo. Las vistas desde lo alto de El Molatón son impresionantes, no puedo estar más de acuerdo. Por último, comparto tu debilidad. El "paseo" desde de la Paridera De Las Sarguillas hasta dónde se junta la Rambla con el Oceseca es de los que me hacen sentir, realmente, un auténtico pionero, como Livingstone o Amundsen. Para vivir la soledad y la tranquilidad, no hay otro...
Muy,muy interesante.
ResponderEliminarGracias Paca. Vale la pena el recorrido por uno de los ríos más auténticos y salvajes de nuestro país. Saludos cordiales,
EliminarGracias por este artículo tan descriptivo del río de la Hoz Seca. Particularmente siempre defenderé que el verdadero nacimiento del Tajo es en la Fuente del Canto, no sólo por aporte de caudal, sino por distancia máxima del punto de nacimiento.
ResponderEliminarUn saludo y, de nuevo, gracias.